Hoy comenzamos en el barrio de Andakoro. Primero vamos al comedor social allí vemos a las cocineras. Algunas mujeres se cubren la cara con una pasta que las protege del sol.
También están los niños esperando la hora de la comida. Disponemos de 6 comedores sociales en 6 barrios de Tulear. Cada comedor social tiene capacidad para 50 niños. Son elegidos entre los más necesitados de cada barrio. Muchos de ellos solo hacen esta comida cada día.
Las niñas de la Malagasy Gospel (ver el blog de la última gira) proceden de tres de nuestros proyectos. Los comedores sociales, el hogar social o la escuela de Ankalika. En este comedor social me he encontrado con Niela a la que muestro también en una foto en Caldea (Andorra) que visitamos en la gira de este año. Vaya contraste y vaya vivencias.
En este barrio visitamos la casa de Alfiny. Ella también es una componente de la Malagasy Gospel en cuyo blog le dedicamos una entrada. Aquí podemos ver su casa y a su madre. Las condiciones de vida muy humildes.
En Madagascar se le hace la fimosis a todos los niños. Con frecuencia las condiciones higiénicas son muy malas y sufren infecciones y múltiples problemas.
Por el camino nos cruzamos con esta carreta. Lleva una casa completa. El precio de la casa colocada in situ es de 20 €.
También nos encontramos con una familia que le pidió ayuda a José Luis. La mujer del centro nos explicó que se había quedado viuda hacía un mes y que tiene 10 hijos. Se enfrenta a una situación muy complicada. Es duro no poder brindar toda la ayuda que la gente de la zona necesita. La única manera de hacerlo bien es montar los proyectos que se pueden financiar y gestionar adecuadamente. Lamentablemente no se puede ayudar a todos en todo momento. Posiblemente alguno de sus hijos pueda acudir al comedor social. Es todo lo que se puede hacer.
Acabamos la mañana en el comedor social de Amboriky. Allí nos encontramos con Florence. Ella también mereció una entrada en el blog de la Malagasy Gospel. Destaca especialmente por la aplicada que es en sus estudios y los buenos resultados que obtiene.
Como común denominador de los niños de los comedores sociales, las sonrisas y el cariño que nos regalan.
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